Reportaje en Portal Pyme – Emol

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Conoce esta empresa que tiene un tecnológico sistema de calderas móviles que se arriendan para que nunca debas detener tu producción

 

Hay empresas que tienen que parar la caldera y se les para toda la empresa. Otras requieren tener una caldera más grande algunos meses del año y no les sale rentable invertir para aumentar su producción. Y pierden la oportunidad de grandes negocios.

Para salvar esos problemas es que una empresa chilena enfocada en la energía tiene una línea de negocios que, al menos, resulta particular.

Se trata de Energías Industriales (EISA), compañía que tiene una línea de negocios que es, ni más ni menos, que un servicio de arriendo temporal de calderas.

Este sistema permite a la empresa seguir con su normal funcionamiento e incluso puede ser un salvavidas ante una catástrofe.

“Tenemos la capacidad para cubrir el 100% de los requerimientos tanto de pequeñas, medianas y grandes plantas de hasta 40 toneladas. De hecho, tras el terremoto del 2010 rescatamos a varias empresas, cuyas calderas resultaron muy dañadas y logramos ponerlas nuevamente en operación en menos de 24 horas”, enfatiza Alejandro Ossa, gerente general de EISA, empresa con más de 40 años de experiencia en el rubro.

Desde la empresa aseguran que tienen una flota de calderas con cobertura en todo Chile, lo que les permite atender las necesidades de corto, mediano y largo plazo de empresas e instituciones de todos los rubros. Cuentan con 15 unidades móviles y autónomas, que funcionan a base de petróleo y biomasa, con la capacidad de soportar presiones de hasta 10,5 kg/cm2 y 15 kg/cm2, respectivamente.

“El transporte y la instalación de estos equipos es muy rápido y solo se requiere de seis a ocho horas para instalar la caldera de respaldo en la infraestructura del cliente por parte de EISA. Todas nuestras unidades son móviles y autónomas, pudiendo alcanzar una capacidad instalada total de 95 tn/hr. Esto permite suplir cualquier deficiencia, que puede costar no sólo producción, problemas ambientales sino la vida de algún trabajador que puede estar en peligro al maniobrar una caldera en mal estado y ”, concluye Philippi.